El siguiente ha sido en tonos rosas y turquesa principalmente, aunque también hay amarillos y verdes. Como ya he explicado en entradas anteriores. Balkis nos enseñó a aprovechar los restos de colores que tengamos en nuestra mesa. Se meten en la churrera y ya podemos hacer nuestros azulejos para forrar huevos.
Salen unos dos azulejitos similares, así que nos permiten combinarlos por parejas. A veces nos salen iguales en más cantidad, cuando nuestros restos son muy regulares o también lo podemos forzar, introduciendo trozos de forma controlada para que salgan a lo largo de nuestro churro.
Tampoco os hagáis muchas ilusiones con lo de "controlada". Nosotras podemos poner los trozos de color a lo largo del cilindro que metemos en la churrera, pero luego salen un poco como quieren. Tendremos que tener en cuenta que el cilindro va girando según lo presiona el émbolo de la churrera, además de que la sección del mismo disminuye al salir por el disco que hayamos elegido.
La forma de montar los "azulejos" es buscando un caleidoscopio para que tengan un dibujo simétrico, pero siempre habrá pequeñas variaciones. Cuantos más colores contrastados tengamos, más interesante será el resultado.
Aquí os dejo los cuatro que he hecho hasta ahora. Fundamental el lijado y pulido para dar un acabado más bonito a la pieza.
Espero que os gusten tanto como a mí.
Un saludo.
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