Buenas noches, esta entrada es para recopilar lo mucho o poco que he hecho en el verano. Siempre tengo la sensación de que el tiempo se me escapa entre los dedos como si fuese agua, pero luego miro atrás y veo que sí hice cosas, muchas cosas. Tal vez sean menos de las que deseara, pero cada día estuvo pespunteado por las risas compartidas con mis niños y mi prima, las ganas de aprender juntos y disfrutar de los largos días de julio. Cada una de estas cosas está impregnada de cariño y es especial. Son sólo una muestra, faltan muchas, unas porque ya fueron regaladas, otras porque son secretos regalos futuros, algunas incluso por pereza de sacar una foto. Me quedo con los atardeceres que nos sorprendieron tomando un helado o cenando un bocadillo en la playa. Todo junto tiene un sabor muy especial, pelín agridulce porque fue un tiempo tupido de vivencias felices y ya se nos acaba. Este ha sido un verano delicioso, a pesar de tantas idas y venidas, tantas llamadas absurdas de RRHH (las que no lo entiendan que no se preocupen, que no vale la pena), tantos piojos que, por fin se han ido (LOS ODIOOOOO). Bueno, no me enrollo y aquí dejo muestras de lo que nos ha cundido nuestra nueva afición. Espero que os guste.Un saludo.
